Fundamentos del aprendizaje y el desarrollo infantil

El desarrollo de los niños pequeños se ve influenciado por factores sociales y ambientales, como las experiencias vividas, las culturas, los orígenes raciales y étnicos, los idiomas, las fortalezas individuales, los temperamentos y las diversas necesidades. Las experiencias de los niños en el mundo suelen estar condicionadas por determinantes sociales interconectados (por ejemplo, la estabilidad económica, el acceso y la calidad de la educación, el acceso y la calidad de la atención médica, el vecindario, y el contexto social y comunitario). Los determinantes sociales pueden crear oportunidades y experiencias de aprendizaje de alta calidad o dar lugar a otras no equitativas que carezcan de recursos suficientes o no se adapten a los puntos fuertes y las necesidades únicas de los niños.

Las experiencias de los niños y sus familias en los entornos de aprendizaje y cuidado infantil se ven afectadas por el tratamiento histórico de sus comunidades. Los niños pequeños necesitan ver sus experiencias diarias y las de los demás reflejadas en sus entornos de aprendizaje y cuidado infantil. Es esencial que el desarrollo temprano se entienda dentro de esta perspectiva. Aceptar las fortalezas de los niños y las familias mientras se ofrecen interacciones cálidas, afectuosas y receptivas es esencial para el bienestar y el desarrollo saludable de los niños, especialmente aquellos que han experimentado estrés y trauma, incluido el trauma intergeneracional. Los entornos de apoyo y afecto en los que los niños se sienten valorados por lo que son y emocional y físicamente seguros les ayudan a afrontar el estrés y a desarrollar fortaleza interna.

Las relaciones con los cuidadores son esenciales para el desarrollo de los bebés y los niños pequeños, tanto en el hogar como en los entornos de aprendizaje y cuidado infantil. Los contextos sociales y ambientales en los que se desarrollan esas relaciones también tienen un poderoso impacto. Los ITLDF enfatizan las diversas formas en que los bebés y niños pequeños dan sentido a sus experiencias en el contexto de las creencias, valores y prácticas culturales de sus familias a medida que aprenden y se desarrollan. Los ITLDF informan sobre la manera en que los educadores infantiles pueden interactuar con los niños, las familias y las comunidades a las que atienden.

Un enfoque único para apoyar el aprendizaje y el desarrollo tempranos no satisfará las necesidades de todos los niños. Dentro de una relación receptiva, los educadores infantiles deben adaptarse a cada bebé o niño pequeño. Un enfoque general del desarrollo para el aprendizaje y el cuidado tempranos debe incorporar la flexibilidad necesaria para apoyar e implicar las fortalezas, los intereses y las necesidades individuales de cada niño.

Los niños pequeños, desde el nacimiento hasta los 3 años, desarrollan y aprenden conocimientos y habilidades lingüísticas fundamentales en las lenguas y variedades lingüísticas de sus hogares, comunidades y entornos de aprendizaje y cuidado infantil. Las lenguas habladas y los lenguajes de señas y las variedades lingüísticas que experimentan los niños favorecen su desarrollo en otros dominios, ya que el lenguaje es fundamental para todo aprendizaje. En el entorno de aprendizaje y cuidado infantil, los educadores infantiles desempeñan un papel esencial en el desarrollo temprano del lenguaje, ya que se comunican e interactúan con los bebés y los niños pequeños. La experiencia continuada con cualquier lengua, ya sea hablada o de señas, es fundamental para el desarrollo del lenguaje de los niños. Tanto si un niño experimenta interacciones lingüísticas en una lengua hablada, como el español o el mandarín, o en un lenguaje de señas, como el lenguaje de señas estadounidense (ASL, por sus siglas en inglés), estas interacciones establecen una base sólida. Además, los educadores infantiles fomentan el uso de las lenguas y variedades lingüísticas que los niños aprenden en el hogar.